La trevesía en camello hasta
campamentos de jaimas instalados en oasis muestran el paisaje y la forma de vida
de los nómades. Contemplar el amamnecer sentado sobre una duna es un sueño cada
vez más asequible. Erg Chebbi, un campo de dunas de 22 kilómetros de longitud, y
el pequeño pueblo de Merzouga, reúnen los requisitos para disfrutar del
desierto. Las rutas guiadas por las dunas de Merzouga permiten sentir el
desierto enla piel y empaparse de las tradiciones de sus habitantes, los
bereberes, célebres por sus elaboradas alfombras y por las joyas de plata de sus
mujeres.
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